La Declaración de la Independencia:
Una vez
que llegaron los congresales y se dio inicio al Congreso el 24 de marzo de 1816,
los primeros temas que se trataron fueron, entre otros: los recursos para el
ejército Libertador, la acuñación de una nueva moneda, demarcación de límite
provincial y la organización de las fuerzas castrenses. En mayo se designó con
la máxima magistratura mayor de las provincias a Juan Martín de Pueyrredón,
nadie como él para entender y apoyar a las demandas de San Martín y su empresa
libertadora. San Martín presionaba, ya desde enero en la correspondencia que le
envía a su amigo Tomás Godoy Cruz y diputado por Mendoza, argumentando que en la
base de toda acción de gobierno se necesitaba de la declaración de la
Independencia. Trabajó por la unidad nacional como base de la independencia
política con la cual buscaba respaldarse para reconquistar Chile y trabajar por
la libertad de América. El día 9 de Julio de 1816, tras un trabajo de nueve
horas de debate el presidente de aquel momento, Narciso Francisco Laprida
realiza la memorable pregunta: «Queréis que las provincias de la Unión sean una
nación libre e independiente de los reyes de España y su metrópoli» Todos los
diputados contestaron afirmativamente. De inmediato, se labró el «Acta de la
Emancipación». Desde el punto de vista político representaba el paso previo y
necesario para llevar a cabo la ofensiva militar a otras regiones, concretada en
la magna empresa de San Martín. Esta Declaración fue en todo tiempo observada
como la base constitutiva de las provincias rioplatenses, pese a que no
concurrieron al Congreso diputados por las provincias del Litoral, la Banda
Oriental, Santa Fe y Paraguay.
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